En 1992 una niña dio una lección de humildad y compromiso al mundo. Más concretamente a los miembros de la ONU con un discurso sencillo pero cargado de fuerza a través de su mirada de doce años. Parece que las cosas no han cambiado mucho desde entonces; sigue muriendo gente de hambre y enfermedades que en el primer mundo están superadas, se asesinan indiscriminadamente focas, ballenas y se descuidan animales en peligro de extinción... Parece que de nada ha servido ya no el discurso de Severn sino el trabajo e ilusión de mucha gente, pero sí que se han hecho avances en medioambiente. El miedo al cambio climático a forzado el Tratado de Kioto por ejemplo, aunque quede mucho por cumplir todavía. En mi calle hay contenedores de reciclaje, somos más conscientes de que no se puede despilfarrar el agua y hay normativas que protegen el ahorro, las energías renovables están más presentes en nuestros campos y tejados... Es un avance lento y es más que obvio que se podría hacer mucho más, pero creo que la conciencia que faltaba en el siglo XXI ha surgido...aunque quede muchísimo por hacer.
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