“De joven tuve muchos sueños; algunos no se cumplieron, pero eran buenos sueños y no me arrepiento de haberlos tenido” Robert Kincaid, Fotógrafo de National Geographic en Los Puentes de Madison.Ciudadano del mundo, con cámara al hombro y la maleta llena de paisajes inolvidables, de aromas diferentes, de otras risas, otras miradas y otros mundos. La soledad melancólica y envidiable del viajero solitario. Es de todas partes pero de ninguna, su techo son las estrellas y sus límites el horizonte hacia el que camina. De vez en cuando los humanos al uso nos convertimos en ese entrañable fotógrafo y durante unos días olvidamos las ataduras cotidianas y las responsabilidades. Huimos a la aventura, unas vacaciones merecidas, pero no un estilo de vida. ¿Acaso tiene su magia porque pende de un calendario? Viajar, conocer, descubrir y descubrirse a uno mismo a través de los caminos... es un duro trabajo cuando no son vacaciones. ¿Perderá realmente esa magia o es que la cobardía nos impide hacer lo mismo? Sea como sea, la primavera ya se acerca, el buen tiempo invita a disfrutar. Las maletas comienzan a desempolvarse, los mapas recuperan su utilidad pensando ya en la Semana Santa o en escapaditas de fin de semana. Con el sol revive, se siente, esta ya aquí, se huele, la emoción del viaje. La ilusión de escapar unos días encarnar ese espítitu aventurero y libre. Yo me adelanto este año y me voy una semana, dispuesta a traer la maleta cargada de historias que postear. No he conseguido programar entradas asi que os tendré abandonados. Hasta mi regreso. Sed felices
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