Cuando uno deja de escribir, lo que antes era cotidiano se vuelve tedioso, y de pronto piensas más de lo necesario sobre el "qué" y el "para qué" decidiendo que no vale la pena.
Hoy no me siento derrotista y quiero dejar que las palabras fluyan y digan lo que quieran decir.

Avanzando... dejando atrás los miedos mohínos, rancios, añejos. Respiro profundamente y me prometo a mí misma no perder mi autenticidad... y AVANZO.
1 comentario:
k siga k siga... a algunas nos gustaba leerte... y nos sigue apeteciendo... CRISSY.
Publicar un comentario