El sol ya asoma a ratos, la primavera está aquí, algunos árboles han florecido, nos quedamos atontados pensando en destinos para las vacaciones de verano... y ya están aquí los becarios!
Este año han llegado antes de lo previsto a mi empresa, y es la primera vez que vienen desde un módulo. No parecen mi hermano mayor "tripitidor" como otras veces que llegaban de la facultad, de un año sabático o de vete tú a saber que coño han estado haciendo que ya tienen casio 30 años!!! Son unos yogurines imberbes sin experiencia pero con algo mucho más importante que en los últimos veranos "becariales" echaba de menos: ilusión.
Antes de nada aclaremos que no se trata de una beca eterna de dos años con contrato en prácticas donde curras lo mismo que tu compañero pero no cobras por ello. Serán sólo tres meses en los que se intentará que aprendan lo más posible como parte de su formación académica.
Tal vez los años me estén ablandando, probablemente. El caso es que me emociona verles ilusionados. El otro día fortuitamente escuché la conversación telefónica que mi becaria mantenía con una amiga; desbordaba energía, hablaba atropelladamente explicando lo maravilloso de mi rutina diaria. Me encantó. Me arrastró a mi yo hace cinco años, esas ganas de aprender, esa emoción con cada avance diario, aprendiendo y disfrutando realmente por el camino.
1 comentario:
alaaaaa...yo tb tenía ilusión...pero si situación era muuuuy diferente....por lo menos te tenía de teacher de vez en cuando....jijijiji
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