¡Ay del pobre e ignorante ser humano! Adora todo lo que no puede tener, lo ansía, lo busca, lo idolatra... y las cosas importantes sólo lo son cuando las perdemos. ¡Y cuán importante es la "salú" para ser feliz! Mis desvaríos y elucubraciones vienen de que he pasado unos cuantos días echa polvo, metida en cama y hasta las cejas de antibióticos. ¿Lo positivo de todo esto? Dos cosas: que he leído todos los libros que esperaban su oportunidad adormecidos en las estanterías desde que me los regalaron, y que en esos momentos te dan igual las estupideces de lo cotidiano, este o aquel problemilla en el trabajo, aquella llamada pendiente... sólo quieres tener salud para poder seguir adelante. No quieres compadecerte y aguantas. Aunque cuando viene alguna visita te dejas mimar y caes en el victimismo, pero uno se permite el lujo porque es humano quejarse y es necesario saber que se preocupan por ti. ¡Qué ignorante es el ser humano! Ahora, que prácticamente me he recuperado, he vuelto cargada de energía y con muchas ganas de disfrutar de lo que merece la pena y agobiarme lo menos posible con lo que muchas veces no tiene solución porque lo importante... lo tengo.
¡¡Que tengáis un saludable miércoles!!
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