miércoles, 10 de diciembre de 2008

DEJAR HUELLA...LA OBSESIÓN ENFERMIZA DEL SIGLO XXI

El otro día escuché esta cuña publicitaria en la radio;

"Hace más de 20 años una joven estudiante de estética llegó a Madrid y formó un grupo musical con sus amigos. Hoy es la reina indiscutible del rockpunk. Y tú? Has dejado ya tu huella? Blablabla...marca de alcohol"


Me dió por pensar en los minutos de gloria prefabricada que vomitan cada cuarto de hora las televisiones. Miles de personas que se reconocen a sí mismos a través de ser reconocidos por anónimos en el metro. Fábricas de famosos que lo son no por descubrir la vacuna contra el SIDA, o por hallar una fórmula matemática que explique de otro mundo el universo...


No, son famosos con profesión de famosos, y punto. Dejan su ansiada "huella" unos meses guarreando encerrados en una casa, o desgañitándose y quemando sus cuerdas vocales en interminables giras tras un concurso con estereotipos fabricados en cadenas de montaje. Los reallities aumentan cada día, es una nueva basura que gusta y alimenta al ser humano que es omnívoro y al final se traga todo lo que le echen.


¿Qué nos ocurre?¿Tanto vale esa "huella"? Preguntas a un niño qué quiere ser de mayor y ya no dice "cantante" o "actor" quieren ser "famosos" y punto. Se sortean "tetas" en las discotecas para alcanzarla y la gente se pelea haciendo colas en los castings mostrándose lo más extravagantes posibles para acariciarla.


Y digo yo... a qué llamamos dejar huella?¿En qué o quién debemos dejar huella? Me gusta dejar huella pateando los caminos, viajar, explorar, conocerme en ellos, en los rincones que la naturaleza me tiene reservados aunque me doy cuenta de que en realidad son ellos los que me dejan marcada a mí. Me gusta que la gente que me rodea se deje conocer y dejen así su huella en mí, porque no les olvidaré con el próximo famosete de la semana, seguirán siendo mi familia, mis amigos, parte de mí, mi huella.


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